Las clorofilas se encuentran en todas las partes verdes de los vegetales superiores y en algunas algas. Los puedes encontrar en ortigas, acelgas, espinacas, alfalfa, alga chlorophyta, espirulina, berros, lechuga, kale, perejil…
Aquí hay que tener en cuenta que, en los vegetales, la clorofila es LIPOSOLUBLE, mientras que el polvo que venden en tiendas cosméticas en HIDROSOLUBLE.
El color se deteriora con el calor y no es estable en medios alcalinos.